CONDUCTORAS SUICIDAS. Estimulación temprana.

Otra semana más aparcamos y paramos los motores.
Queremos ir descubriéndoos algo más de estas "conductoras suicidas", que demostrado queda, que de suicidas poco tenemos.

Para "Las Gemelas", el ruido de motores puede ser tan conmovedor como el de las olas rompiendo contra un acantilado. Los olores que envuelven a una carrera llegan a ser tan provocadores como aquellos que evocan la infancia, a un ser querido o nos trasladan a otro año del calendario. Nuestra vida es mucho más que carreras, motores y circuitos, pero estos ingredientes no dejan de ser la piedra angular, la dosis, la ocupación máxima del tiempo. Y algo tan arraigado interiormente o en nuestra marca genética, no estamos muy seguras, es evidente que se transmite, se refleja, se imita...

Para verificar este preámbulo y ratificar nuestras señas de identidad, pasamos a presentaros a nuestros dos "Babys".

Tal vez preguntéis a que se debe tanta precocidad, pues a la genética, al ambiente y un poco a la motivación, que vamos a llamar "estimulación temprana".

La razón básica de que los seres humanos dependamos tanto tiempo de nuestros padres no es otra que nuestro cerebro requiere mucho más tiempo para madurar. Algo tan innnato para otras especies como el caminar, no es una habilidad que posea el bebé, sino el resultado de un aprendizaje. La mayoría de sus habilidades están relacionadas con su superviviencia. Llorar para atraer la atención de su madre o cerrar las manos para intentar aferrarse a aquello que las tocan.

¿Y cómo actua la estimulación temprana?
Tiene como objetivo aprovechar la capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro del bebé, que es máxima desde que nace hasta los 2 ó 3 años, decreciente hasta los 6 e igual o parecida a la del adulto a partir de esta edad. Mediante juegos y ejercicios, se proporciona una serie de estímulos repetitivos. Con la repetición se consigue reforzar algunas áreas neuronales, de forma que estimulan aspectos no solo intelectuales, sino que sirve para ampliar capacidades relacionadas con aspectos físicos, sensoriales y sociales del desarrollo, aumentando todas ellas y adelantándolas en el tiempo.

Así llegamos a conseguir estos superbebés.
Sabemos que esta práctica tiene que ser una decisión personal. Un bebé necesita gran parte del día calma, silencio, quietud, pero también estímulo y juegos. La estimulación sugiere una actividad más constante de su pequeña mente. Sabemos que todo tiene sus "pros y contras", vosotros veréis, pero no os perdáis nuestros retoños, uno pilotando con total maestría y el otro con el GPS incorporado, no se le resiste ningún destino.

Estimulantes saludos.