jueves, 15 de abril de 2010

CONDUCTORAS SUICIDAS. El Blues del autobús


Por una vez, pusimos nuestro destino en manos de otro conductor.


Soportaremos ese miedo irracional a no controlar los mandos del vehículo.


Llegamos a la estación de autobuses como en el juego de la oca, de autobús municipal a autobús interurbano y tiro porque me toca, sujeto a las casillas del tablero y al tiempo fijado como reloj suizo entre las paradas oportunas. Puede que la suerte esté echada y los dados en manos del chófer.



Por una vez dijimos, vamos a dejarnos llevar.


Teníamos marcado el origen y el destino. Recorrimos los pasillos de la estación con nuestras trollers, que acompañaban nuestro desfile con el sonido del rodar de sus disminutas ruedas. Acomodamos nuestro equipaje en la panza de este gran autobús. De repente, nos produce zozobra el letrero que anuncia "vigile sus maletas y pertenencias..." lo que nos obliga a subir en el último minuto.



Por una vez, entregamos nuestro billete y destino a ese perfecto desconocido conductor que con gesto serio y equilibrado nos comunica, asiento 10 y 11. Nos engulle el bus, compartiendo el buche con 35 almas más.



Por una vez, iniciamos viaje sin observar la carretera al frente. Rara sensación nos invade que pronto da paso a una cálida relajación que nos envuelve en un dulce sueño. No es posible, pero nuestra alma conductora comienza a sintonizar con la del conductor.



De nuevo, nuestro guía siente volver a recorrer sus huellas como tantas veces. Día a día refresca en su memoria cada curva, cada cambio de firme, cada señal...



De nuevo, contempla a los pasajeros como piezas de cristal de Sèvres, delicadas y preciadas. Ligera, pero pesada carga en su conciencia a la que les solicita el uso del cinturón de seguridad. No ha tenido ningún accidente y no quiere recordar el espectáculo que presenció en un viaje; el vuelco de una camión de "animales de pata negra".



De nuevo calcula los días que dejará de estar con su amada María y con sus pequeños. Mide con el metro de su añoranza la distancia que les separa.



Se siente atrapado en el espacio continuo autobús-carretera, pero no le importa ser el que orqueste esta aventura si logra que alcancen en un solo viaje el destino que eligieron sus pasajeros, ahorrando atascos, gasoil y humos innecesarios.


Se suaviza la velocidad, cambian de ritmo las marchas, nos acercamos a la ciudad, recuperamos nuestra propia consciencia y escuchamos:


Señores viajeros estamos llegando a su destino...

Nota:


Por muchas veces, solemos coger este otro autobús, cuya carga no podría ser otra que nuestro inseparable juguete rojo.



Saludos colectivos, Las Gemelas del Sur.

20 comentarios:

  1. Ya me extrañaba.
    Que buena idea.
    Genial.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. ¡¡Que pedazo de caravana con deportivo!!!...me lo pido!!!...fantástica entrada Gemelas, si no os importa me quedo viajando con vosotras! ;D

    Besossssssssss

    ResponderEliminar
  3. Toro, aunque sea así nuestra libertad conductora, queremos rendir un pequeño homenaje a los conductores de transporte público.

    Arwen, cuenta con el viajecito y la estancia en nuestro particular autobús. Tiene hasta televisión panorámica y sofás muy cómodos.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Nosotros también nos apuntamos al viajecito ese tan estupendo.
    Oye, como mola la caravana ehh

    Feliz día...

    ResponderEliminar
  5. Una delicia conducir entre vuestras líneas... conozco a algun autobusero y a algun camionero y son profesiones muy sacrificadas, así que me tomo este texto vuestro como pequeño homenaje a estos amos de la carretera. Por cierto no puedo dejar la oportunidad de decir que siempre me quedo dormida en los autobuses :)
    Besitos y gracias por conducirnos a otra nueva aventura!

    ResponderEliminar
  6. Bueno, bueno, vamos preparando los billetes para el viaje. Logan y Lory os reservo los vuestros.

    Málaga, es cierto, camionero es una profesión muy sacrificada y solitaria, pero el autobusero lleva una carga muy "especial". A nosotras nos pasa como a tí, nos dormimos como cuando nos mecían cantando una nana de pequeñas. Esa es la ventaja, casi no te enteras del viaje. ¿Te acuerdas como se trasladaban la tripulación desde la nave Enterprice hasta el planeta avistado? Pues algo parecido.

    Besos.

    ResponderEliminar
  7. yo también me subo a ese autobús,un billete por favor.Fredysaludos.

    ResponderEliminar
  8. El Porche es mio...miiiiii tesorooooooo.....un abrazo gemelas y pedazo de buga...juerrr,mola esto de viajar con vosotras siempre nos sorpredeis con algún coche o camino guapo.Un abrazo a todossss y gracias por estar ahí.

    ResponderEliminar
  9. Yo me apunto al viajecito, pero yo no quiero ir enlatado con treinta y tantas almas más, yo quiero un sitio privilegiado al lado de las conductoras. Relato cuanto menos que llamativo por las reflexiones de unos y de otros.
    Mordiskitos

    ResponderEliminar
  10. Por supuesto Fredy, una u otra gemela te dirá que número de butaca te ha tocado, elige tú la película.

    Vale,Sombra. Te dejamos el Porche un ratito, pero es de vuelta, que no te equivoques que es nuestro tesoro.

    Besotes.

    ResponderEliminar
  11. Hola Gemelas, bastante complicado entregar nuestra seguridad y vida, a manos de otro, al menos a mi me pasa tener un poco de intranquilidad cuando conduce otro, y mas en esos monstruos de metal tan grandes.
    Ahora, mientras ustedes conducen la autoportante yo me quedo con el pequeñin rojo y nos econtramos al final del camino.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. Saludetes a todos y Gemelas un secretillo shhhh que no se entere nadie...ja,ja,ja...soy un poco vaga y "peligrosa" para conducir a si que "me encanta que me lleven", siempre que puedo uso el ir a patita pero cuando no puedo evitarlo me encanta ir de copi contemplando el paisaje...en tren, en bus.... así que fantástico esto...

    Y Diablillo, tranqui que yo te dejo un lado al lado del mio ;P
    Ja,ja,ja,ja....seguro que nos echamos unas risas por el camino...ja,ja,ja...

    Besets a repartir!! ;D
    Arwen

    ResponderEliminar
  13. Diablillo, ¿te refieres a nosotras?
    si es así, sin problemas, la mitad del viaje al lado de una y la otra mitad con la otra. ¡¡¡seguro que no te aburres!!!
    Besitosssssssss

    TR, muchos "novios" le están sliendo a nuestre juguete, pero no te preocupes, te lo dejamos también un ratito. Y respecto a lo de la seguridad, tienes, razón, complicado es dejar nuestra seguridad en manos de otro, pero es obvio que hay muy buenos profesionales por ahí...Saludos

    Arwen, tu siempre tienes asiento en el autobús o con nosotras, siempre es un placer viajar contigo...Molts besets

    ResponderEliminar
  14. Vaya, Gemelas, yo confio en los buses, prefiero dejar el coche en el garaje. Coincido con Arwen y es que la circulación parece la selva, hay algunos animales depredadores que dan miedo.
    Por cierto, me encanta el blues.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  15. Bienvenida Mar, es verdad, está muy bien que de vez en cuando te "lleven otras manos" y que estas sean de confianza.
    Bien por hacer mención del blues, eres la primera en comentarlo
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  16. Un placer montarse en este blog, cirular por el y pararse por las distintas entradas para degustarlas.felicitaciones. Cordial saludo.

    ResponderEliminar
  17. Y un placer para nosotros leeros y ser acompañandos por todos vosotros en los asientos contiguos de este vagón que no cesa de viajar, muchíiisimas gracias Anrafera....un abrazo.

    Arwen

    ResponderEliminar
  18. Por cierto y espero contestación GEMELAS con vosotros comparto el viaje y como decian"hasta el infinito y más allá"
    Mordiskos de tiburon.

    ResponderEliminar
  19. La verdad Arwen, Araferra es que viajar con compañeros de viaje como vosotros es todo un regalo
    , el viaje siempre se hace corto. Saludos

    ¡¡¡Diablillo pues echamos gasolina y hasta que se acabe!!!!
    Y.....nos gustan mas los "mordiskitos", que el tiburón tiene la boca "mu grande"

    ResponderEliminar