
Muy buenos días de Domingo, amigos, Calados y lectores:
Cuando una semana más vamos a continuar destapando los secretos ocultos en el fondo de esta CAJA NEGRA que ya va por su tercera edición...y esta semana es la otra Gemela del Sur, parte necesaria de nuestras Conductoras Suicidas, la que nos va a traer en primera persona un relato que cumple perfectamente con las tres premisas y que lleva por título: EL DEDO DE DIOS.
Cuando una semana más vamos a continuar destapando los secretos ocultos en el fondo de esta CAJA NEGRA que ya va por su tercera edición...y esta semana es la otra Gemela del Sur, parte necesaria de nuestras Conductoras Suicidas, la que nos va a traer en primera persona un relato que cumple perfectamente con las tres premisas y que lleva por título: EL DEDO DE DIOS.
¡Disfrutémoslo!

EL DEDO DE DIOS
Seguíamos insistentemente las indicaciones hacia la Capilla Sixtina. Las preciosas esculturas romanas, los ricos tapices, los techos engrandecidos con figuras geométricas y delicadas pinturas, nos distraían el camino cuya meta era Miguel Angel. Por fín, los cuatro entramos a ese recinto sagrado, la pequeña cogida de mi mano y el mayor al lado de su padre. Alzamos la vista y quedamos fascinados por tan impresionante belleza. Los vivos ojos de mi hija no sabían bien donde dirigirse, era inmenso, como su necesidad de conocer. Comencé a alimentar su apetito por la escena de la Creación de Adán, ese dedo extendido de Dios hacia el del primer hombre, entre los cuales se crea esa chispa imperceptible de la Génesis del sexto día y quise compartirlo también con mi hijo, cuando mi sobresalto fue mayúsculo al no encontrarlo. Su padre fue a buscarlo por la sala abarrotada de gente y nosotras permanecimos quietas, intentándolo localizar por el móvil, pero no había cobertura en esa zona, no podíamos mas que otear una y otra vez la marea de gente sin resultado. Mi hija estaba poniéndose casi histérica, porque quería volver a ver a su hermano ya, mientras un guardia sacaba a cajas destempladas a un turista por haber grabado, desoyendo las prohibiciones. El show acababa de comenzar. Nuestros gritos de llamada se ahogaban entre el gran murmullo de la gente. Dios mío, tenía su cartera en mi bolso. ¡Iba indocumentado! ¡¡¡Sibilas y Profetas dadme una señal!!! Negra se me hizo la sala, únicamente estaba iluminado mi marido, subido en la tarima del altar, extendiendo su brazo y dirigiendo su dedo hacia un lugar preciso de la sala, donde surgía una mano con un catalejo que saludaba a su padre con una cara de felicidad increíble.
Nuestro Adán se había acercado como nadie a los frescos, extasiado en un mundo artístico, sin percatarse de absolutamente nada de su alrededor. Nosotras, Evas en el paraíso, aliviadas, nos miramos en silencio, sin confesarnos qué escena nos había impactado más, si la humana o la divina.
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Y tras esta maravilla, os recordamos que el ciclo de admisión de relatos y microrrelatos para la CAJA NEGRA sigue abierto, por lo que esperamos vuestras obras a caladoshastalosversos@gmail.com, ya sabéis que el tema es libre y que únicamente deben aparecer implícitas en él, las palabras: show, dedos y felicidad...¡os esperamos!
Feliz Domingo a todos.
Arwen
Nuestro Adán se había acercado como nadie a los frescos, extasiado en un mundo artístico, sin percatarse de absolutamente nada de su alrededor. Nosotras, Evas en el paraíso, aliviadas, nos miramos en silencio, sin confesarnos qué escena nos había impactado más, si la humana o la divina.
Basado en hechos reales
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Y tras esta maravilla, os recordamos que el ciclo de admisión de relatos y microrrelatos para la CAJA NEGRA sigue abierto, por lo que esperamos vuestras obras a caladoshastalosversos@gmail.com, ya sabéis que el tema es libre y que únicamente deben aparecer implícitas en él, las palabras: show, dedos y felicidad...¡os esperamos!
Feliz Domingo a todos.
Arwen