Hoy, día de la mujer trabajadora, no se me ocurre mejor
homenaje que este cuento.
LA CENICIENTA QUE NO QUERÍA COMER PERDICES
Un cuento distinto, para rechazar y oponernos, a tantos estereotipos
inculcados, aprendidos en esas historias que durante siglos, las niñas, esperaban pasivas a que de mayores, les pidieran la mano y les quitasen la vida.
Nuestros niños y niñas, no tienen que ser ni príncipes ni
princesas, se merecen la oportunidad de caminar juntos, evolucionar libremente,
sin quedarse atrapados en estereotipos tradicionales, sesgados y limitadores.
Seguimos constatando que la discriminación entre hombres y mujeres, es un hecho social. El arquetipo “Cenicienta”, al igual que muchos otros cuentos de hadas, tiene una gran historia basada en la sumisión, en la dependencia económica y emocional de "el príncipe"
Pero ya es hora de prescindir de zapatos de cristal, cuya rígida horma no hace sino constreñir nuestra dignidad, bajada a los pies....
Pero ya es hora de prescindir de zapatos de cristal, cuya rígida horma no hace sino constreñir nuestra dignidad, bajada a los pies....
Dedicado, (como el cuento) a todas las mujeres valientes que quieren cambiar su vida
y a todas aquellas que la perdieron y nos iluminan desde el cielo
¿Qué tal si aprendemos a solucionar los conflictos sin la magia?
¡Qué tengáis un fin de semana, de fábula!