lunes, 17 de febrero de 2014

LA GATA SOBRE EL TECLADO. La duda.


Es la duda que me persigue desde hace años. Una sombra chinesca que despierta conmigo y conmigo llega hasta el mediodía. Como si se tratase de un impío castigo divino, si es que Dios está presto a castigos y represalias, que no creo. 
Agobiada, comenté mi duda con otras mujeres y fui entonces consciente de la profundidad de tal inquietud, y no sólo eso sino de la alarmante extensión de lo que, en principio, consideré un mero problema personal.
¿Duda existencial, metódica, melódica, irreverente? No llego tan lejos. pero reconozco que la duda corroe mi ánimo y me aleja del presente que otros disfrutan. 
No sé si me entendéis, pero intentaré explicarme. Es como una de esas calimas húmedas y pegajosas que te impiden contemplar el paisaje inmediato. Es una bruma densa que tienes que apartar a manotazos si quieres observar con nitidez el resto del día. 
Pero lo que me produce más angustia, aquello que me mina realmente la moral, es el convencimiento de que esa duda caminará siempre a mi lado como una sombra fiel, hasta el final de los días o, al menos, hasta el final de los días conscientes.
Mañana ocurrirá otra vez. Sentiré el vértigo del vacío durante toda la mañana para volver a encontrar la respuesta ansiada dentro del frigorífico. 
Pero como siempre, como digna ave Fenix resucitada, volverá la duda: ¿qué hago hoy para comer? 

17 comentarios:

  1. Duda agobiante que nos atenaza diariamente, a mi, por partida doble.Pues tengo dos dudas que resolver en lugares distintos, dos frigoríficos que escudriñar..al final intento hacer doblete... lo malo es cuando a una de las dudas diarias, agobiantes, rutinarias, tengo que añadirle excepciones....esto no, lo otro tampoco...y haciendo puzles culinarios, unas veces mejor, otras no tanto, disipo las dudas...hasta el día siguiente...

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    1. Es un agobio constante, una tarea incomprendida porque lo difícil no es hacerlo sino pensarlo.

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  2. Tengo periodos como los tuyos donde me asaltan las dudas culinarias y otros, como por el que paso ahora, donde caigo en la rutina más monótona, repitiendo semana tras semana el menú, hasta que los comensales se amotinan y vuelta a reinventarse. Necesito un Chicote en mi cocina!!! jajaja!!!

    Al principio creía que ibas a tratar un tema un tanto filosófico y mi mente iba preparándose para digerirlo, pero nuevamente me has sorprendido y me has arrancado una sonrisa. Estoy segura que igual de creativa serás en la cocina.

    Besos.

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    1. En la cocina intento ser creativa para no aburrirme, utilizo mucho las especias, las salsas, pero aún así hay días que me aburre. ¿Acaso la cocina no es en el fondo un tema filosófico? Comer o no comer, esa es la cuestión.

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  3. Terrible dilema diario que absorbe gran parte de nuestra energía. En mi caso suele darse en la tarde anterior con lo que se agrava mucho, porque para esas horas las neuronas llegan un poco tocadas. Menos mal que durante el fin de semana se quedan resueltas un par de comidas. Es irremediable que de vez en cuando estalle una crisis, en esos casos la respuesta es: cualquier cosa y que cada uno se las apañe como buenamente pueda. Y de la cena ¿qué me dices? porque esa también llega todos los días y algo hay que poner en la mesa. Te dejo que tengo que ponerme con ella.

    Besos

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    1. La cena es otra pesadilla, otra duda, otra cuestión que resolver. ¿Y cómo metemos el pescado sin que la tropa se alce en armas? ¿O la verdura? Yo, cuando estoy muy desesperada o muy cansada recurro a la pizza, sobre todo los viernes. ¡Y qué poco se aprecia el trabajo de la cocinera!

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  4. Uffff! yo ni lo sé cada día. pero ese no es mi problema. tengo la suerte de compartirlo con otras personas. Porque si de mí dependiera comería bazofia!!!!

    Un abrazo!

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    1. Qué suerte Josef. Yo recuerdo con extrema nostalgia cuando volvía de clase y tenía ya el plato en la mesa. Nunca apreciamos suficientemente esas cosas, es como si se hicieran solas hasta que te toca hacerlas a tí. Antes la familia comía a la misma hora; ahora cada uno tiene un horario, a veces ni nos vemos a la hora de comer, pero tienes que dejarlo todo preparado. Cuando vuelves y ves los platos vacíos es que la comida les ha gustado... o que tenían mucha hambre.

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  5. Es bueno dudar de todo, aunque, a veces, te deja un mal cuerpo, como el que describes.
    Sin duda, salu2.

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    1. ¿Sabes lo que es toda una vida pensando en qué se hace para comer y para cenar? Bueno, siempre está el Donner Kebab de la esquina para sacarnos de apuros.

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    2. ¡Claro que te comprendo! La cena es todavía más tortuosa que la comida. Lo primero que haría si fuera rico sería contratar a alguien para que cocinara: usted haga lo le dé la real gana, pero téngamo preparada comida y cena que no me tenga que preocupar nunca de ese rollo, jajaja.
      Salu2 sin duda.

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  6. Veo que las dudas de corte existencial te invaden, jjajajaja.
    La vida nos pone continuamente en tesituras difíciles de resolver y encrucijadas en las que es difícil encontrar el camino correcto................unos macarrones con tomate, tal vez?

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    1. Mis hijos son los que filosofan sin parar. Platón y Descartes les cambiaron la vida. Y yo mientras me pregunto cómo hago un desayuno variado o cómo llego a fin de mes. Esa es mi filosofía.

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  7. Ja ja, muy bueno!!!!!!!
    Cuando me acosté el domingo pensé que esta es una de esas semanas en las que como sola. Sólo cenas. Y además, para acabar de ponerte los dientes largos, este finde estoy deliciosamente SOLA, con mis libros y mis pelis y lo que pille en la nevera.
    Me ha encantado.
    Um abrazo.

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    1. Pues sí me haces los dientes largos porque cocinar -sobre todo cocinar para otros- no sólo requiere pensar sino saber qué tienes en la nevera, qué te falta, qué hay que comprar, dónde están las ofertas... y todo para que luego te digan: yo hoy hubiera preferido...

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  8. Muy fácil. Me compré el libro: "400 recetas para principiantes". Ahora mi duda no es qué hago, si no qué sé hacer de todo lo que pone... Desgraciadamente casi nada, así que acabo preparando unos sanwiches con el pan de molde y el fiambre...

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  9. Lo peor de los libros de cocina s cundo entre la lista de ingredientes encuentras alguno que no sabes ni lo qué es, o cuando empiezan a decir hora y media en el horno y se te acaba de fundir el horno. Es entonces cuando metes la cabeza en el frigo y comienzas a pensar, es el momento de la duda.

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