domingo, 23 de febrero de 2014

Hoy he visto



Hoy he visto, entre las líneas de mis dedos entrecruzados, disparar contra hombres heridos tendidos en la acera. He visto  a un hombre atado a un árbol al que la policía lanzaba agua a presión. Hoy he visto llantos, sangre, cuerpos rotos, rebelión, valor, dolor. Hoy he visto inmigrantes en las montañas del norte de África comiendo Dios sabe qué entre laderas erosionadas. He visto un niño perdido en el desierto de Siria. He visto explosiones, bombas, balas, represión, intolerancia, angustia. Y no he apagado la televisión por respeto a todos ellos. 


¿Es este el único idioma que sabemos hablar?¿Ya no vale nada la vida de los seres humanos?¿Qué ha hecho este hermoso planeta que habitamos para tener que soportarnos? ¿Dónde está la dignidad del ser humano? Es posible que Dios esté mirando hacia otro lado porque no quiere vernos. Es posible que ni nosotros mismos nos reconozcamos en ese ser depredador que ya no tiene entrañas.

Hoy ha hecho un día precioso en esta ciudad que huele ya a azahar y a pólvora. Hoy la fiesta ha salido a la calle y la gente se ha tumbado sobre el césped mientras sonaba la música de las bandas recorriendo las plazas. Había alegría, luz, paz.


Pero a través de ese aire cálido y hechicero que impregna la ciudad, aún podemos escuchar los gritos de los que imploran en cualquier punto de la Tierra. Escuchémoslos, porque quizás algún día, los gritos pudieran ser los nuestros.

P.D. Ricardo, del blog "Hacia el cambio"  me ha pedido desde Florida una oración por los pueblos de Ucrania y Venezuela. Yo me apunto con este breve e improvisado texto y añado el terrible drama de Siria y el de los inmigrantes subsaharianos. Y tantos otros que, por desgracia, contemplamos cada día en los medios de comunicación. 
LA GATA SOBRE EL TECLADO. Amparo Puig

4 comentarios:

  1. Por desgracia querida Amparo, el mundo está cada vez peor o va a peor. Las cosas en lugar de solucionarse se complican, el hambre aumenta, la marea de inmigración africana cada vez es mayor; las enfermedades progresan; los pecios de los mares se agotan; la humanidad crece a unn ritmo cada vez más espeluznante. Y los líderes se convierten, no en salvadores, sino en represores. Las guerras proliferan, y en todo esto tiene mucho que ver la necesidad de Norteamérica. País que no puede vivir sin depender de su ingente arsenal de armas sobrantes y sin que haya guerras en el mundo. Pero en general la culpa no es solo de USA, sino de los países ricos, que actúan de forma egoísta, represora y depredadora sobre los pobres.
    Y claro así nos va. No creo que esto tenga una fácil solución pues no se ve una luz que ilumine un panorama cada vez más oscuro. Lo único que podemos hacer es ayudar como buenamente podamos y a quien podamos. Yo ayudo auna familia peruana desde hace años a salir adelante; son buenos amigos y muy pobres. Hago colectas a algunas ong y entrego ropa usada. También ayudo en Senegal a un amigo de la familia que es cura y tiene allí un pequeño centro escolar infantil. Hago lo que puedo y lo que puedo sigue siendo muy poco...

    Besos y abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Josef. Dices que haces poco pero no es así. Si todos hiciéramos ese poco o, al menos, no hacer el mal aunque no hiciéramos el bien, el mundo tendría alguna esperanza. pero a mí, que me gusta ver documentales sobre vida animal no he visto nunca tanta ferocidad gratuita - no se lo iban a comer, eso espero+, cuando vi cómo apaleaban a un hombre que estaba tendido en el suelo (Ucrania). No sé si soy de otro planeta pero no puedo ver estas cosas. Tanta crueldad me hace perder la fe en el ser humano y me hace preguntarme a qué clase de mundo he traído a mis hijos. Los antiguos griegos ya decían algo así como "Dale poder al hombre más virtuoso y verás qué pronto se corrompe". En fin, podemos hacer pequeñas cosas, como tu las llamas, pero que a mi me parecen muy importantes. Por estas tierras solemos decir "Tota pedra fa paret", que significa Toda piedra hace pared, que todo lo que hagamos vale para algo. Gracias por tu comentario.

      Eliminar
  2. El sufrimiento, la injusticia me afectan en lo más profundo. Sin embargo sí me reconozco en la masa informe y mediocre que pasa los días atrapada en un mundo de pequeñas necesidades absurdas. En muchas ocasiones me pregunto cuánto de lo que considero esencial en mí se mantendría si tuviera que pelear por la vida, la libertad o la comida. Está claro que no elegimos donde nacer.... y poco más. Sí podemos elegir intervenir para mejorar todo aquello que nos toca de cerca.... y otra vez poco más.
    Dices que te piden una oración..... las oraciones suelen sustituir al pan o a la educación. Pero también es una opción. Recuerdo aquella película, "la misión" en la que por amor y respeto a los más vulnerables los dos personajes protagonistas tomaban dos actitudes opuestas, las dos tan válidas y tan valientes.
    Un abrazo Amparo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Nepalí. Realmente consumimos nuestras fuerzas en esos pequeños problemas que pueblan la vida cotidiana, que ya de por sí es dura. Poco podemos hacer para mejorar este caótico mundo, pero al menos intentar no hacer el mal. La oración me la ha pedido un bloguero de Florida; yo en su lugar he escrito ese breve texto. Durante la agonía de mi madre recé durante horas para que todo acabase. Sentí que nadie me escuchaba. Desde entonces apenas rezo. Pero siempre es una opción, aunque la oración sin acción posterior no sirve para nada. Gracias por tu comentario.

      Eliminar