Casi sin querer me fijé en ellos. Caí en la cuenta de que eran, más bien, ellas. Era fácil, porque
en los numerosos carteles pegados por dentro se podía leer: "se regalan
gatitas".
Había
varios compartimentos separados por maderas. La mayoría dormitaban sobre sus mantas. Pero esta pareja bebía agua, aparentemente con una sed
insaciable.
Tomé
varias fotos, pero en casi todas ellas se tapaban la una a la otra sin aportar nada
interesante al momento, salvo esa sed infinita... Finalmente y cuando ya
perdía la esperanza, dejaron de beber y se dedicaron a deambular brevemente,
con pasos vacilantes, hasta que una de ella se paró frente a mí y se agachó
dispuesta tal vez a buscar algo interesante a la otra parte del cristal, en el mundo que quedaba trás él. Pensé que iba a mirarme como yo la miraba a ella. Me
agaché más aún y apoyé el objetivo contra el vidrio, justo delante de su
hociquito, cosa que ante mi sorpresa ignoró, porque siguió con aquella mirada
perdida y esa inquietante indiferencia. Su hermana (¿?), más tranquila y detrás de
ella, parecía rebuscar algo sobre su mantita.
No hizo gesto alguno, no me dedicó ni una carantoña, ni tan siquiera un aburrido bostezo, ni mucho menos una mirada, por mucho que yo hice ruiditos con mis nudillos golpeando la vitrina justo por delante de sus ojos... Quizá por eso y aunque ya han pasado algunos meses, me sigue impresionando el recuerdo de su ausente, resignada y perdida forma de mirar.
Espero que a vosotros no os resulte indiferente...
Un saludo Calados.
No hizo gesto alguno, no me dedicó ni una carantoña, ni tan siquiera un aburrido bostezo, ni mucho menos una mirada, por mucho que yo hice ruiditos con mis nudillos golpeando la vitrina justo por delante de sus ojos... Quizá por eso y aunque ya han pasado algunos meses, me sigue impresionando el recuerdo de su ausente, resignada y perdida forma de mirar.
Espero que a vosotros no os resulte indiferente...
Un saludo Calados.
¡Cómo me va a resultar indiferente! Esa mirada perdida y ansiosa no se corresponde con su edad, una edad para jugar, hacer trastadas, carreras, volteretas. Cómo no me va a impresionar una infancia perdida, aunque sea la de una gatita.
ResponderEliminarPues por desgracia muchas ganas de juegos no tenían, no...
EliminarTodos los mamíferos cuando son babys, tienen esa mirada inocente de "niños", curiosa, descarada, que reclama y tierna. Una imagen que traspasa la pantalla, muy bonita, y para nada me deja indiferente.
ResponderEliminarUn abrazo Emilio.
La imagen puede que traspase la pantalla (muchas gracias!) pero a mí especialmente me traspasa la conciencia la profundidad de esa mirada perdida que, contra todo pronóstico, no cambió.
EliminarUn abrazo para tí Marinela.
Me encantan los cachorritos y los gatitos en especial. No tanto cuando crecen, aunque tambien siguen con esas miradas perdidas, como ausentes e inquietantes....La foto me encanta. Pero como siempre me da que pensar...y pienso en otras miradas perdidas pero esta vez de los humanos...Que pensamos, que sentimos cuando nos encontramos con nuestras miradas perdidas, ausentes, tristes, "pasadas por agua"...Que decisiones tomamos. Como somos capaces de volver a fijar la mirada de frente para seguir adelante, para dar el salto, como hacen los gatos....Un abrazo.
ResponderEliminarInteresantísima la pregunta que dejas casi flotando en tus últimas líneas... Cómo somos capaces... Confío que la gata también lo fuera.
EliminarUn abrazo!
Es una imagen encantadora, evoca una gran ternura. Desde luego no deja indiferente, ni lo fotografiado, ni la "paciencia" del fotógrafo.
ResponderEliminarUn abrazo calado!
Ternura es otra de las emociones que nos despierta la "infancia", por muy de gato que sea. Curioso!
EliminarUn abrazo y gracias latour!
Los animales pequeñitos suelen ser tan tiernos y bonitos...
ResponderEliminarSalu2 felinos.
Casi todos lo son desde luego. Y como los humanos, de pequeños te los comerías, pero luego de mayores, puedes lamentar no haberlo hecho..., Eso dice un chiste, no?
EliminarSaludos y gracias Dyhego.
Y hablando de gatitos, tengo un gatito de casi dos meses, atigrado, loco cual cabra, tierno y mimoso. Se llama Hipócrates. Lo regalo a quien tenga el honor de quererlo. ¿Os animáis?
ResponderEliminar¿Dónde está mi mamá? Una mirada de desamparo me ofrecen esos ojitos. Encerradas en ese cajón, con la posibilidad de explorar el ancho mundo que hay ahí fuera. La suerte está por venir y espero que encuentren unos dueños que los mimen y les ofrezcan un hogar acogedor.
ResponderEliminarCreo adivinar en sus pupilas tu silueta con el objetivo en primer plano. Un enfoque/desenfoque sabiamente administrado con tus letras.
Remiau!!!
Desde luego los dueños que ojalá encontrase se habrán llevado "un lindo gatito"..., jejejjjj..
EliminarClaro, esa sombra que reflejan sus pupilas es principalmente mi objetivo, y aún más atrás, claro, estoy yo mismo... Buen ojo Gemelas!
Es una fotografía maravillosa, la gatita se ve muy tierna y dulce.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra te lo parezca y agradezco el cumplido.
EliminarUn abrazo y bienvenido, estaré encantado de verte cuando quieras por estos lares.
Un macro extraordinario de esos ojazos que miran sí, pero conmovedores por su desamparo.
ResponderEliminarTécnicamente es más bien un retrato, un plano de cuerpo entero gracias al pequeño tamaño de la gatita y a la corta distancia de foco que permite el angular de 35, pero la intensidad de esos ojos bien merecería un macro, desde luego. Tecnicismos a parte, agradezco te guste y transmita ese desamparo. Es justo lo que ví en su ausente mirada.
EliminarSerá un placer saludarte por aquí.
Da mucha ternura.
ResponderEliminarMe gustan los gatos, de siempre. Es más, me gustan los felinos en general y sus cachorros son preciosos.
Dan ganas de cogerla y acariciarla, protegerla.
Yo tambien te he adivinado en el reflejo.
Un abrazo Emilio.
Gracias Nepalí! Sí, los felinos tienen algo especial, distinto, de otras mascotas. Ternura pero, en mi caso al menos, mezclada con una especie de extraño respeto si pienso en los colmillos y las garras de sus parientes selváticos...
EliminarUn abrazo para tí!