Tus
pasos te guían entre calles conocidas que no miras, tan sólo las ves y
las sientes. El aire envuelve tu rostro mientras el sol calienta tus
mejillas. Giras esquinas, avanzas entre callejones. Esquivas bolardos.
Sientes las calles. Desconchones de viejas paredes, cal pintada en las
fachadas enlucidas. El griterío de niños jugando en los patios de las
guarderías, rugidos de motores de furgones de reparto. Conversaciones ajenas de ese tipo de gentes que parecen disfrutar hablando en voz alta al dichoso teléfono móvil.
El
ambiente es frío, como debe ser en una mañana de enero. Jóvenes y no tanto toman café en las mesas de los bares, señoras con su carro
de la compra y sus arreglos de cocido, sus coles, sus
puerros, sus pelotas. De cocido. Hombres de gesto adusto y ropa raída me adelantan sobre bicicletas cargando
incontables chatarras. Vecinos que se saludan de improviso sin percatarse de que se han detenido justo en medio de la acera. La dejo de
mala gana por no decirles dos cosas y un claxon me asusta sin motivo, al
fín y al cabo, aún sobra un palmo entre el bordillo y mis pies, y otro
más entre mi brazo y su retrovisor. Y ese coche no debiera de circular a
más de 30, así que que no me toque los...
Continúo
andando. Parando. Andando y parando. Mirando y viendo. Fotografiando de vez en cuando.
Veo
unos gatos. Son gatos marginales y marginados, maltratados por la vida
de gato callejero que llevan. Sus ojos tienes esas extrañas legañas de
gato, esas que tienen esos gatos cuyo aspecto no rebosa salud por
ninguno de sus cuatro costados. Toman el sol en un callejón sin salida.
Un grafiti futurista decora el muro que ciega la calle. Nada más.
Me
acerco despacio y me agacho frente a ellos. Les apunto con la cámara.
Hacen amago de irse pero susurro una extraña fórmula atrapa gatos. Una que asombrosamente les detiene. Se recomponen y me dirigen
su mirada gatuna, intensa e indescriptible, profunda y fría. Sin duda no
entienden qué espero que hagan mientras pongo ese artilugio extraño delante de
sus hocicos chatos y bigotudos. Me miran serenos, impávidos. Además y entre otras cosas, yo les importo un pepino.
Para ellos es un día más con un algo nuevo. Para mí no hay nada nuevo un día más.
Parece mentira, comprobar que, a día de hoy, sigo haciendo este absurdo ruidito para llamar la atención a los gatos. Y lo más curioso es que funciona. Y aún más, veo que cualquier papá/mamá hace lo mismo con sus hijos para que estos, emocionados, consigan ganarse la confianza de los mininos...
Seguramente, es uno de esos trucos que nos colocan en la cúspide de la pirámide evolutiva, ¿no?
En fín, por la parte que me toca.. ¡gracias a mis padres por enseñarme este secreto universal!
Saludos Calados!
Emilio
Seguramente, es uno de esos trucos que nos colocan en la cúspide de la pirámide evolutiva, ¿no?
En fín, por la parte que me toca.. ¡gracias a mis padres por enseñarme este secreto universal!
Saludos Calados!
Emilio
Me encanta cómo has descrito una mañana cualquiera en lugar cualquiera.
ResponderEliminarComo los personajes van dando historias a las calles de la ciudad y a la monotonía de los días que pasan ante nuestros ojos, ¿o somos nosotros los que pasamos?
Esa era la idea. Reflejar la "universalidad" del ambiente callejero en un día cualquiera.
EliminarYo creo que somos nosotros los que pasamos...
Gracias Tracy y un saludo!
Primera imagen un contraste rompedor, que confronta con el discurrir del texto que sigue su curso por el cauce marcado, dejándose llevar por la corriente de lo cotidiano.
ResponderEliminarAprendemos muchas palabras talismán que funcionan sin saber porqué.. y seguimos diciéndolas, porque... para eso, no hay otra.
Me gusta cómo introduces el término "cauce", y cómo se sigue un "curso" de la "corriente". Así es el río de la vida. Una excelente película, por cierto.
EliminarGracias Marinela y un saludo.
Yo creo que no hace falta que escriba mi comentario porque seguro que lo intuyes. Aún así voy a hacerlo. Me ha encantado. Las fotos, ese contraste entre el grafitti y la serenidad del gato atontado por el sol, y la otra, en la que se percibe el deterioro y la desolación del gato callejero, son, como siempre, muy buenas. Pero el texto, ese callejear sin rumbo en el que uno encuentra cosas que no espera, me gusta tanto como las fotos. Con tu permiso, o incluso sin él, lo comparto en faceb.
ResponderEliminarEse gato, no sé en qué ni porqué, pero lo sentí muy cercano. Sería su deterioro o su desolación, pero empatizaba muy bien ese día conmigo. Esas cosas "salen" en las fotos.
EliminarComparte, comparte...
Gracias Amparo.
Pasear es muy interesante porque siempre se encuentra uno con objetos fotografiables.
ResponderEliminarSalu2.
Una actitud con solera desde el sentir fotográfico. Así es.
EliminarGracias Dyhego y un saludo.
Preciosas descripciones. El encuentro con los gatos, soberbio. También las fotografías.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias por tus palabras y encantado de saludarte. Me alegra que te gusten ambas cosas, texto y fotos. Él mérito: de los gatos.
EliminarUn abrazo de vuelta!
En los paseos por la ciudad verdaderamente hay motivos para fotografías...pero "hay que verlas" antes de plasmarlas y eso es lo que te sucede a ti. Arte, eficiencia y profesionalidad a tu servicio...pero esos sentimientos con que acompañas a las fotografías son a veces tristes,dolidos...Menos mal que los gatitos ajenos a todo te miran entre curiosos y agradecidos de que alguien se fije en ellos y les saque del anonimato. Gracias como siempre por dejarnos ver y verte en nuestra Valencia.
ResponderEliminarGracias Chelo. Tú, que como siempre, me ves con buenos ojos, y yo que te lo agadezco. Creo que para ver algo hay que buscarlo a veces, antes que nada, en uno mismo. Tal vez voy buscando lo que veo cuando miro hacia adentro.
EliminarDe nada, y un beso.
Impacta esa obra de arte fuera de ningún museo, en la misma cotidianidad de un callejón, mostrando un caos futurista que no sorprende en la vida anárquica de esos gatos, pobres pero libres de ir por donde quieren, al contrario que en tu paseo en que osaste bajarte de la acera y fuiste sonoramente censurado.
ResponderEliminarLa pose de los gatos es casi idéntica, bien lograda, la clave el siseo vsvsvsvs universal.
Me gusta tu peculiar mirada al explorar tu entorno.
Besos.
Jejejejejj, así es. La clave, el siseo ese extraño. Y ellos, por supuesto y a años luz, mucho más libres que uno mismo. Gracias Gemelas por los piropos.
EliminarBesos de vuelta.
Silenciosos pasos sobre el empedrado. Siseos, para llamar la atención de los guardianes del Arte.
ResponderEliminarUn Paseo increíble, fui tu sombra que con sigilo observo los detalles de tus palabras y fotografía.
Me encanto este post.
Abrazo!!
Bellas tus palabras que adornan aún más mi paseo y mis palabras. Encantado de saludarte y por aquí andaremos siempre, pásate cuando gustes.
EliminarAbrazo para tí!
Los recuerdos nos traen las claves para "solucionar" algunas cosas del día a día..... parece que repetimos casi mecánicamente gestos, sonidos, comentarios que sobreviven al paso del tiempo.....es estupendo que los gatos sigan este mismo razonamiento, verdad?
ResponderEliminarUn abrazo calado!
Gracias Latour. Los recuerdos son parte del equipaje que vamos atesorando en este viaje que es la vida. Por eso de vez en cuando podemos abrir la mochila y echar mano de ellos. A los gatos seguramente, les pasa lo mismo.
EliminarGracias y un abrazo para tí!
La primera fotografía.... es el sereno caos estético de los rincones urbanos. El graffiti, los desconchados, la reja y, cómo no, algo de flora y fauna. Todo ésto entre sol y sombra. Sabe a barrio, casi huelo el cocido de la señora de las pelotas (ja ja, me ha encantado). La segunda fotografía, bueno, yo adoro los felinos, urbanos o de selva, me fascinan. Son fríos y elegantes, distantes y altivos pero cuando ronronean... ummmm... me rindo. Y además éstos posaron para tí. vsvsvsvsvs..
ResponderEliminarUn abrazo.
Esta vez decidí subir dos fotos. Me parecía que una era la antesala de la otra, y me resutló adecuado para ambientar el texto. Me alegro le encuentres ese "sabor"... Lo condimenté lo mejor que pude. La segunda foto es "la foto" que justifica lo demás. Me alegra te guste y un abrazo Nepalí. Gracias!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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