lunes, 10 de noviembre de 2014

LA GATA SOBRE EL TECLADO. ¿Quién dice que no tenemos memoria?



Soy la Pequeña, la gata de Amparo, y ya sé que escribo tarde, pero es que han pasado cosas. Mi ama, la muy torpe, se ha roto el pie, bueno el tobillo. Dice que dio un paso en falso y allá que se fue, rodando sobre el asfalto. Yo, la verdad, es que no lo entiendo, pero si ella lo dice... Los gatos nos caemos de un sexto piso y, como mucho, nos aturullamos un poco, pero los humanos dan un traspiés y se rompen. Bueno, a lo que íbamos. Aprovechando esta fatal circunstancia, hoy escribo yo, que ya iba siendo hora. Os voy a contar algo que sucedió este verano, en ese pequeño pueblo donde nunca llueve.

Estoy indignada y asombrada. ¿Por qué? ahora os lo digo y seguro que me vais a entender. Estoy tan moscagata ¿o es mosqueada? porque he sabido que hay por ahí quien aún se pregunta si los gatos tenemos memoria. ¿Memoria dicen? Más que muchos humanos que a veces ni siquiera saben dónde han dejado las llaves o han aparcado su megatransportín.  
Y ahora os cuento algo que ha pasado este verano. ¿Os acordáis de Pantera, aquel gatazo negro, enorme, brillante, de ojos amarillos que entró en la casa del pueblo el verano pasado? Pues ha vuelto. Entró con paso tranquilo y la seguridad de que iba a ser bien recibido, Mi dueña le dijo "Hola Pantera" y él se acercó ronroneando y haciendo topetes con su gran cabeza negra. Yo - la verdad-, gruñí como una fiera porque no quiero problemas. Si Pantera invadía nuestro territorio, Tito, mi pareja, se tendría que enfrentar con él, cosa que me alarmaba bastante porque Pantera le saca una cabeza y media, y no exagero. 
Pero no llegó la sangre al río. Después de unos cuantos bufidos, aullidos y algún encontronazo cuerpo a cuerpo, los dos acabaron compartiendo el suelo de porcelanosa de la gran entrada de la casa del pueblo. La verdad es que Pantera, a pesar de su aspecto feroz, es un gatazo tierno y ronroneador que siempre está buscando caricias y comida. Aún así, y para que no pensara que por ser hembra soy débil, cada vez que pasaba por mi lado, le daba un gran bufido para que tuviera muy claro de quien es la casa. 
A lo que íbamos. Pantera volvió después de un año y no se equivocó de puerta, y es que, le pese a quien le pese, los gatos tenemos mucha memoria, más memoria que los canisperros y más útil que la memoria de los humanos (espero que mi dueña no lea esto).
Los gatos tenemos gran capacidad de aprender a través  de mirar y vivir (creo que a eso le llaman observación y experiencia). Los gatos podemos recordar perfectamente la cara y la voz  de quien nos trata bien y de quien nos da una patada en todo el morro. Además. -aprended humanos-, los mininos tenemos lo que vosotros dais en llamar una memoria útil, o sea, que sólo recordamos lo que realmente sirve para algo: nuestra comida favorita, dónde está el arenero y cuáles son  los lugares más soleados y agradables. Desde luego, también sabemos volver a casa aunque el camino no sea el más sencillo y, por supuesto, recordamos a las personas o a otros animales que hemos conocido y sabemos perfectamente hasta dónde podemos llegar con cada uno de ellos.
Se que ahora los niños juegan con maquinitas planas a las que no dejan de mirar. Creo que se llaman tabletas, como las de chocolate, pero ¿qué se creen que han inventado? La tabletilla esa, que de apellido creo que se llama IPAD, tiene 60 gigabytes para almacenar pensamientos y otras cosas, pero mi cerebro gatuno tiene unos 91.000 gatobytes, capaces de almacenar todo lo que me interesa: dónde se toma mejor el sol, quien te acaricia con más cariño, quien te pegó la patada o quien se atrevió a  estirarte de la cola mientras dormías la siesta.
Por eso Pantera volvió a casa y reconoció a todos, incluso a mí y, afortunadamente para él, supo mantener las distancias porque aunque no lo parezca, cuando quiero soy una gata muy, muy fiera. 
Y un poco dulce. 


20 comentarios:

  1. Os hizo una visita de cortesía,
    :)
    Salu2 gatunos.

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  2. Pues gracias por tu visita, Diego. Espero que te haya resultado interesante.

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  3. Me recuerda a mi gata. Toda seria y observadora.
    un saludo

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    1. Es una gata en todo el sentido de la palabra. No puede ser más femenina. la recogió mi hija en el pueblo cuando tendría unos dos meses. Alguien la había estampado contra el suelo y estaba fatal. La sacamos adelante y ahora es una gata preciosa, y además, escribe.

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  4. Yo soy Bolo, me gustaría conocerte. Tengo dos vidas, una en la ciudad y otra en el pueblo, sé perfectamente lo que me apetece hacer en cada sitio y nunca me confundo, no me meto en jaleos con otros gatos y mi memoria es elefantigata. No tengo tabletas de esas, me conformo con cualquier caja de cartón, cuanto más pequeña mejor y lo más divertido es salir para agarrarle los tobillos a mi amiga ... eso si que es descajonante !!!

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    1. Hola Bolo. Yo también tengo la vida de la ciudad y la del pueblo. Aquí estoy muy tranquila porque es un piso alto y no entra nadie, pero allí, como las puertas estás abiertas, entra cada gatazo... Si no fuera porque soy muy fiel a Tito, mi pareja, ya me habría liado con Pantera. pero así es la vida gatuna. Mau.

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  5. Yo creo que con tus historias haces más por el respeto a los animales que muchos mensajes de concienciación, consejos de respeto a nuestro entorno, leyes y reglamentos, etc. etc.
    Se les toma cariño a estos y se hacen visibles en el día a día.
    Sigue así.
    Un abrazo!

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    1. Gracias Latour. Se lo diré a la Pequeña que es quien lo ha escrito. Los animales tienen una sensibilidad especial y un sexto sentido que ya quisiéramos los seres humanos. Un abrazo.

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  6. Querida Pequeña, yo perdería la cabeza y la memoria por ese pedazo de gato negro, irresistible pantera. Es un precioso amor platónico que él sabe corresponder volviendo a encontrarte y adaptarse en perfecta convivencia con Tito.

    Estos días estamos de traslado en la oficina y no sabes como me acuerdo de la territorialidad de los animales mal entendida por los humanos. Menos mal que me adapto como un camaleón emocional.

    Ronroneos cariñosos.

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    1. La peque ahora no puede responderte porque está jugando con Tito, así que te contesto yo. Pocas veces he visto un gato más bonito y mas confiado que Pantera. pero la Peque es fiel a Tito, el padre de sus magníficas camadas cuyos ejemplares ya conoces. No te adaptes. Lucha por tu territorio.

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  7. Qué ojazos tiene la pantera, hay que reconocerlo Pequeña, aunque tú seas la que marque el territorio que para eso llegaste antes.

    Dile a Amparo que se recupere pronto y dale unas cuantas prácticas de cómo se tiene que caer para no hacerse daño.

    Cuidate."Pequeña"

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    1. La peque duerme ahora así que te contesto yo, marinela. Pantera es un gato precioso y, además, este verano descubrimos que tiene un hermano exactamente igual que él. La Peque andaba un poco confusa con tanto gato negro por todas partes. Y sí, tendrá que enseñarme a caer y no romperme.

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  8. Vamos, que sólo queda decir aquello de "no es tan fiera la pantera...". Un saludo a tu ama, y que se mejore pronto!

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    1. De entrada, pantera da un poco de miedo porque es enorme, pero cuando se pone a ronronear...Gracias.

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  9. Sí, yo he vivido la memoria de los gatos en primera persona, reconociéndome después de más de un año sin vernos.
    Dile a tu dueña que se mejore. Sí es cierto, los humanos nos podemos romper de muchas formas.

    Un abrazo!

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    1. Los humanos nos podemos romper de muchas formas... Sabia frase. Porque hay cosas que duelen más que la `propia rotura. UN abrazo y un Miau de su parte.

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  10. Estoy plenamente convencida de vuestras capacidades gatunas a pesar de mi corta experiencia con animales. Me gusta sobre todo eso de la memoria útil. Yo a veces tengo la impresión de que guardo un montón de datos absurdos y que sin embargo pierdo otros recuerdos mucho más valiosos.

    Dile a tu dueña que espero que se recupere pronto de su "mal pie" pero que no se preocupe por su espacio en este territorio calado porque tu le estás dejando en muy buen lugar.

    Besos

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    1. Gracias Jara. Cuántas cosas te enseñan los animales, pero lo mejor de todo es la confianza ciega que tienen en ti. Te contesto yo ahora porque ella ahora duerme.

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  11. Eres una gata deliciosa.
    Miauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

    Besos.

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    1. Se lo diré de tu parte. Es un cielo de gata, Toro.

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